sábado, 16 de enero de 2016

Los álbumes ilustrados: lecturas muy sugerentes

Carmilla (Ana Juan) 
Uno de los formatos más seductores que podemos ofrecer al lector adolescente es el álbum ilustrado. Combinación perfecta de texto, imagen y –en general– exquisita edición que convierte en objeto de lujo a un vehículo narrativo que gusta por igual a pequeños y mayores.


Emigrantes (Shaun Tan) 
Además, este formato se ha mostrado especialmente eficaz para abordar una serie de temas que de otra forma sería complicado acercar al público juvenil ¿Quién puede hablar de la muerte, de las depresiones, del complicado camino vital que recorren los desplazados (un tema, por desgracia, más de actualidad que nunca), con pocas palabras y tanta emoción? ¿Cómo reflexionar sobre diferentes inquietudes inherentes al ser humano de forma amena, atractiva y sencilla? Todos tenemos en mente títulos como La isla, El hilo de la vida, Del otro lado del árbol, La comedia de los ogros, Emigrantes…
Ilustradores españoles 
En la actualidad, el panorama de ilustradores en España es inigualable. Muchos han labrado su prestigio en el exterior y han sido reconocidos en importantes eventos como la Feria de Bolonia (Italia), que se celebra todos los años. Otros muchos son muy conocidos en nuestro país y pronto también darán el paso más allá de las fronteras. Gran parte de este elenco ha sido recogido en la antología Ilustradores españoles, publicado en la editorial Lunwerg por Mario Suárez.
http://revistababar.com/wp/author/lorenzosoto/

¿Qué hacen los álbumes en la sección de niños?


Sin embargo, siempre ha estado asociado principalmente al público infantil. En las librerías y bibliotecas lo encontramos situado en el apartado destinado a los pequeños cuando, al igual que el cómic, posee una serie de características especiales que le posiciona como soporte especialmente interesante y atractivo para el lector juvenil.
Si realizamos el experimento de escuchar sus reflexiones tras la lectura de alguno de los títulos más exitosos publicados durante los últimos años, posiblemente ninguno mencione la palabra álbum para describir esa extraña mezcla de imágenes y escritos sugerentes. Por encima de nomenclaturas importa el impacto que provocó (y sigue provocando) en ellos abrir las páginas de clásicos como Desencuentros, El árbol rojo, El Cuento de Auggie Wren, Demeter y tantas otras propuestas, clásicas y actuales.
La magia de este binomio ha alcanzado sus máximas cotas gracias a autores de todas las partes del mundo y a quienes Babar ha tenido la suerte de entrevistar en alguna ocasión: el asiático Jimmy Liao; el australiano Shaun Tan; argentinas, chilenas, incluso estrellas españolas del cómic underground de los 80… También ha despertado el interés de prestigiosos escritores como Paul Auster, primeras figuras de la LIJ como Gonzalo Moure… Y siempre bajo un estándar de calidad que propicia año tras año la presencia de álbumes ilustrados en las listas de las mejores obras publicadas a lo largo del curso escolar, como las que realiza el periódico El País.
De todas las definiciones que se han esbozado en la última década, siempre me gustó compartir con los adolescentes aquella que acuñó el ilustrador Uri Shulevitz: el álbum recoge todas aquellas historias que no se pueden contar por la radio.
Su parentesco con la literatura juvenil es evidente. Peter Hunt, de Childrens Literature, afirmaba que se trata de la única aportación real que la LIJ ha hecho al universo lector, pues los demás géneros son puramente imitativos.
Al igual que los adolescentes, sus reglas e ideas no están perfectamente definidas, hay algo de improvisación en cada nuevo trabajo y continuas invenciones que enriquecen los relatos que se publican. Estos lectores que han crecido rodeados de pantallas y estímulos visuales tienen una mayor facilidad para conectar con el andamiaje narrativo que caracteriza cada álbum.
Y lo hacen combinando todo tipo de técnicas: mediante silencios y grandes imágenes, como Ajubel demostró en las nuevas andanzas de Robinson Crusoe; en forma de catálogo, como el exquisito Mil hogares, de Carson Ellis; buceando en los entresijos de urbes imposibles, como Tejubehan y Salaai Selvam en Dibujo de una ciudad; transformando poemas en poderosas imágenes como siempre consigue Pablo Auladell (¿conocéis La feria abandonada?).
La mejor muestra es la producción que llega a nuestras manos cada año. El pasado Premio Lazarillo, El país donde habitan las cigüeñas, de Maite Mutuberria y Marta Nuñez, compitió con casi sesenta obras de alto nivel. De nuevo se trata de una historia con diferentes niveles de lectura. Una cosa es lo que perciben los pequeños y otra lo que entienden los mayores.
Solo las obras maestras en cualquier ámbito consiguen sorprender a todas las edades al mismo tiempo. Aún sigue en cartelera Inside out, haced la prueba invitando a algún hijo, sobrino, nieto y reflexionad sobre lo que se ha visto a la salida del cine. Después repetid el proceso con una buena historia ilustrada.
El álbum también es la máxima expresión del producto cultural bien facturado, ningún otro soporte te permite disfrutar de tantas dimensiones al mismo tiempo: como objeto perfectamente editado; como historia (certera, emocionante y no excesivamente larga); en su dimensión gráfica (las innovaciones y experimentaciones en este campo no paran de sorprender)…
También en España cada año se repiten otros festivales dedicados a sondear en las últimas novedades de este formato. Destacan especialmente Valladolid Ilustrado, que se celebra en la capital castellana, consolidada como una importante urbe en este ámbito; o Ilustratour, reubicado desde 2015 en Madrid por sus organizadores, I con I.
Muchos son los autores que han indagado sobre la anatomía del álbum y sus costuras internas, desde María Cecilia Silva-Díaz hasta Ana María Margallo o Martina Fittipaldi, pasando por Pep Bruno (que siempre ha sabido diseñar las mejores propuestas para jóvenes a partir de este soporte); María Cruz Delgado Almansa o la maestra Teresa Colomer, posiblemente la especialista con mayor trayectoria en el campo.
A nivel internacional creo interesante destacar especialmente la labor de Sophie Van der Linden, autora de un estudio fundamental, traducido por Teresa Duran, que todos deberíamos tener como fuente de obligada consulta: Álbum [es]. Una propuesta coeditada por Ediciones Ekaré, Banco del Libro y Variopinta que aporta un innovador repaso de principios básicos, mecanismos de funcionamiento y apuntes históricos y evolutivos a partir de famosos y numerosos ejemplos.
Pero, ¿por dónde empezar? Hay una serie de álbumes ilustrados emblemáticos, o experimentos gráficos de difícil catalogación, que podemos considerar de obligada lectura para todos aquellos que acaben de desembarcar en este fascinante universo lector y busquen realizar actividades con adolescentes. Un listado incompleto que puedes ampliar escribiendo en los comentarios tus propias propuestas…